Una vez analizado en las anteriores entradas los problemas de integración de la mujer inmigrante, junto con la tasa de paro que poseen, y por otro lado, vemos como la mayoría de las mujeres migrantes desarrollan su actividad como empleadas de hogar, donde también quisimos dejar reflejado el problema de la economía sumergida en dicha actividad; con el consiguiente problema de desprotección, la no cotización, la no protección de desempleo y sobre todo la explotación.
Con todo esto dimos el primer paso para estudiar la problemática a la que nos enfrentaremos con una política sociolaboral. En las siguientes entradas iremos desgranando los primeros pasos o actuaciones para intentar corregir alguna de dichas discriminaciones
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